La Somática, campo de estudio definido por Thomas Hanna en los años 80, tiene algunos principios conductores, que incluyen la importancia entre la experiencia del individuo y su conciencia de ser un cuerpo (soma), y la norma objetiva de tener cuerpo (Hanna 1980) . Muchos maestros usan metáforas como «crear espacio», «enraizar hacia abajo» y «alcanzar hacia arriba» para ofrecer a los alumnos formas de estirarse y abordar al cuerpo desde la conciencia sensorial en ejercicios de acondicionamiento. La respiración también juega un papel importante, al igual que el tema subyacente del diseño de patrones neuromusculares para lograr la activación óptima de los músculos y del tejido conectivo. Estas metáforas y consignas sirven para ayudarnos a entrar en nuestro «soma» y comenzar a experimentar el mundo utilizando la experiencia sensorial como guía, para trabajar en conjunto con nuestra percepción mental. Las investigaciones han demostrado, una y otra vez, que esto es tanto entrenar el cerebro como entrenar el cuerpo, dado que nosotros, como individuos, formamos partes físicas y mentales (Ratey 2008). Para Roland Barhtes el movimiento es un hecho cultural que pertenece a un sistema. Este sistema es la integración cuerpo y mente.
Existen múltiples métodos para aprender sobre tu cuerpo. A pesar de tantas similitudes, como el uso predominante de ejercicios sobre colchonetas, con los pies descalzos, con el cuerpo desnudo o la mínima ropa posible, con consignas basadas en la respiración, con posturas de stress y relajación, con las metáforas de alargar y fortalecer, con la expresión vocal en algunas y el silencio en otras, las técnicas somáticas han ido en aumento Por ejemplo Biodanza, Extatic Dance, Gyrokinesis, Técnica Alexander, Feldenkrais, Cinco Ritmos de Roth, Body-MindCentering, Eutonía, Ideokinesis, Rolfing, Análisis del Movimiento Laban, Danza Movimiento Terapia, Movimiento Auténtico, Corenergetics, Río Abierto, Método de Fedora Aberastury, Biosíntesis, Análisis Bioenergético por no mencionar todas las variantes de Yoga, Tai Chi Chuan, AikiDo y otras artes marciales con trasfondo filosófico. Los expertos discuten acerca de lo que «en realidad» califica como una Práctica Somática de movimiento, pero para los novatos interesados en el movimiento, la gran cantidad de técnicas para intentar puede ser confusa en el mejor de los casos e inducir a aversión en el peor. Entonces, ¿por qué deberíamos realizar una capacitación formal en Somática, ya sea a través de clases privadas o grupales? Quizás la mejor respuesta es que, independientemente de dónde se encuentre usted en su práctica, un entrenamiento formal le permite abordar la cuestión de cómo se percibe la experiencia sensorial, y cómo integrarla en la práctica diaria.
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Encuentra psicoterapeutas, maestros, profesores y senseis donde sus clases te proporcionen un desarrollo corporal y psíquico más allá de su propio ego y trampa de carácter, que desarrollen la flexibilidad y la amabilidad, donde se pueda integrar y no des-integrar, que proporcionen alimento al cerebro, grounding al cuerpo, centro en el Hara, que integren la irracionalidad de Nietzsche con el positivismo de la ciencia, que proporcionen la integración de la dualidad yin y yang, que se pueda acceder a ellos a nivel humano, que amen a los animales y todo lo viviente, muestren honestidad en su trabajo y no solamente interés económico y lo más importante que este viaje nos lleve hacia la apertura al corazón.
«Cuando comencé a enseñar, quería dar a los estudiantes toda la información lo más rápido posible, para que pudieran desarrollar su propia práctica diaria y moverse de cualquier forma que encontraran significativa. Trataba de mostrar y explicar todos los detalles minuciosos de la experiencia sensorial, como cómo mover los brazos y las piernas desde la columna vertebral, cómo utilizar diferentes músculos centrales o cómo respirar sin gastar energía.
Después de cada clase, me satisfacía que a los estudiantes se les hubiera mostrado tanto, y luego me sorprendía cuando la semana siguiente recordaran muy poco. Después de varios años, me di cuenta de que, a diferencia de muchos estudiantes, los instructores tienen su propia práctica diaria que constantemente revisan, evalúan y modifican en base a cambios sutiles. Muchos estudiantes, por otro lado, tienen menos tiempo para perfeccionar la conciencia sensorial por sí mismos.
Tomar clases nos permite practicar, hacer preguntas y, finalmente, aprender las técnicas que funcionan mejor a nivel individual, que se pueden adaptar e integrar en cualquier espacio que pases la mayor parte de tu tiempo, ya sea sobre la colchoneta, en un escritorio o en el camino. En última instancia, mi consejo es probar clases y profesores hasta que encuentres algo y alguien que te empodere y te haga sentir bien, tanto mental como físicamente». Ilya Vidrin
«La frontera que separa también es un punto de encuentro entre dos cuerpos»
David Boadella